«No quiero volver a clase»

El fin del verano y el comienzo de las clases puede ser un periodo complicado para muchas personas.

Resulta evidente que, si consideramos la vuelta a una rutina de estudio como algo peor a nuestro periodo vacacional, no nos dirigiremos a afrontarlo con entusiasmo. Esto es algo habitual y completamente lógico.

Ahora bien, puede que en tu caso no solo sea desgana, insatisfacción o desmotivación lo que estés sintiendo al anticipar la vuelta a clase. Puede que, además de ello, estés percibiendo sintomatología similar a:

  • Estado de alerta
  • Presión en el pecho
  • Problemas de estómago
  • Dificultad para disfrutar de tus actividades satisfactorias
  • Falta de concentración al leer, ver una serie,…
  • Palpitaciones
  • Problemas de sueño,…
Estrés estudiando

Ansiedad por la vuelta a las clases

En ese caso, probablemente estemos hablando de que sientes ansiedad.

La ansiedad se caracteriza por anticipaciones catastróficas, por la imaginación de un escenario futuro temido, indeseado,… Esto activa nuestro sistema de alerta y provoca sintomatología como la mencionada en el apartado anterior.

Quizá te ocurra esto porque, debido a experiencias pasadas, los estímulos relacionados con ese escenario de «vuelta a clase» hayan quedado asociados a experiencias emocionales desagradables.

¿Cómo afrontar la vuelta a clase?

Generalmente, tendemos a afrontar las situaciones repetitivas con los mismos patrones de conducta pasados, los que ya tenemos aprendidos.

En este caso, esos patrones de conducta no están siendo adaptativos para ti, es decir, no contribuyen a una disminución de la ansiedad sino a mantenerla.

En las sesiones de psicoterapia realizamos un análisis de estos patrones de conducta para poder averiguar los que mantienen el problema y generar otros nuevos que sí consigan que te adaptes a tu vida diaria de forma satisfactoria.

Pero, si consideras que aún no es tu momento de asistir al psicólogo o psicóloga, aquí van algunas recomendaciones:

  • Detecta esas anticipaciones catastróficas e intenta intercambiarlas por pensamientos acerca de lo que vas a hacer el día de hoy, en el presente
  • Confía en que, una vez comiencen las clases, tendrás la información necesaria para poder organizarte
  • Piensa en qué actividades satisfactorias te gustaría incluir en tu rutina semanal una vez comiencen, que sean accesibles para ti y no supongan un estrés adicional
  • Analiza qué estrategias de estudio te funcionaron en el pasado y cuáles no
  • En caso de tener ciertos objetivos académicos claros, ¿te centras en el resultado final, o también en los pasos intermedios? ¿son realistas? ¿son rígidos, o son flexibles? ¿se basan en tus expectativas, o en las de otros?
  • ¿Tienes otros objetivos además de los académicos? A nivel social, de hobbies, familiares,…

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