¿Qué es la procrastinación?
Procrastinar significa posponer deliberadamente tareas pendientes, a pesar de tener la oportunidad de llevarlas a cabo.
Esta es una conducta muy juzgada en la sociedad occidental donde, desde pequeños, se nos inculca el valor de la productividad. A través de nuestras experiencias vitales en una cultura capitalista e hiperproductiva, tendemos a aprender que somos más valiosos como personas cuando producimos que cuando procrastinamos.
Este contexto es lo que los psicólogos llamaríamos una variable disposicional, es decir, una variable que tiene la capacidad de alterar nuestra conducta. Esto puede conllevar un aumento de la probabilidad de sufrir problemas de ansiedad, por ejemplo.
«Procrastino porque soy un vago»
Continuamente elaboramos reglas verbales a partir de asociar significados. En cuanto a la procrastinación, solemos asociar procrastinar con ser una persona vaga o una persona perezosa o sin valor, por lo que elaboramos reglas verbales como «Debería estar haciendo X»,» No debería posponer esta tarea».
Pero, pensar que procrastinamos porque somos vagos es una explicación circular, es decir:
Procrastino porque soy un vago y… ¿por qué soy un vago? Porque procrastino.
Como veis, realmente no explica nada.
La realidad es que cada conducta, como procrastinar, intenta cumplir una función, y esa es la explicación de por que sucede esa conducta. Ahora lo veremos.
La función de procrastinar, ¿para qué me sirve?
Nuestra forma de reaccionar a las diferentes situaciones o estímulos no es aleatoria, así pues, la conducta de procrastinar estará intentando cumplir una función u otra según de qué situación estemos hablando.
Ejemplo: El caso de Paula
Paula lleva un tiempo pensando que quiere cambiar de trabajo e intentar conseguir mejores condiciones en una empresa con más prestigio.
Sin embargo, lleva un mes posponiendo el momento de actualizar su currículum y enviar emails a las empresas que le gustan. Es decir, está procrastinando esas tareas.
¿Qué función puede estar cumpliendo la procrastinación en esta situación en concreto?
Paula lleva 8 años trabajando en su empresa actual. Lleva 8 años trabajando en el mismo puesto de trabajo y realizando las mismas funciones. Lleva 8 años sin enfrentarse a averiguar cómo está el mercado laboral actual y sin enfrentarse a una entrevista de trabajo o proceso selectivo.
Aunque Paula tiene muchas ganas de cambiar de empresa, también tiene miedos: a molestar enviando su currículum, a que piensen que no es suficiente, a no saber qué responder en una entrevista de trabajo, a enfrentarse a ser ignorada o rechazada, a intentarlo y fracasar, a sentirse decepcionada o avergonzada…
En este caso, procrastinar ayuda a Paula a evitar entrar en contacto con sus miedos. No lo hace porque sea una vaga.
Procrastinando consigue un bienestar a corto plazo, y por eso es una conducta que repite, si bien es cierto que esto le dificulta conseguir alcanzar la satisfacción de cambiar de empresa.
¿Cómo evitar procrastinar?
Como ya hemos visto, procrastinar no es algo inherentemente «malo» pero, en ocasiones, sí puede estar dificultándonos alcanzar algunos objetivos.
- Para poder salir de un círculo vicioso de procrastinación, lo más importante será detectar qué función está cumpliendo para ti esa procrastinación.
En el caso de Paula, cumplía la función de evitar situaciones que le daban miedo. Si detecta qué cosas le dan miedo y por qué, puede proponerse afrontarlas poco a poco y escalonadamente. De esta forma será más sencillo ir venciendo a la procrastinación.
- También será útil detectar posibles barreras físicas o materiales, así como tener un plan de acción viable.
Analizar bien si es factible lo que te estás proponiendo teniendo en cuenta tu situación y recursos y, por lo tanto, detectar si necesitas algo que te falta o reorganizar tu plan de acción para poder dejar de procrastinar.
Si tienes dificultades para lograr estos cambios, no dudes en consultar con un profesional de la psicología.