¿Te afecta el cambio a horario de invierno?
Este fin de semana se produjo el anual cambio de hora que tiene lugar en octubre, a través del cual los relojes se retrasan una hora. Esto marca el fin del horario de verano y el inicio del horario de invierno u horario estándar.
Puede que hayas notado, en esta o en otras ocasiones, que esta acción tiene consecuencias en tu estado de ánimo o tu patrón de sueño; veamos por qué.
«El horario de invierno me deprime»
Probablemente se quiera expresar con esta frase que el horario de invierno hace que te sientas, en general, un poco menos enérgica, un poco más pesimista, un poco menos proactiva,…
Esto es completamente normal y, depende de la persona, le afectará más o menos, ya que puede ser algo a lo que necesitemos adaptarnos y quizá no estemos sabiendo muy bien cómo.
¿Por qué sucede?
Causas de los efectos en estado de ánimo del cambio de hora
A continuación veremos algunos de los motivos por los que el cambio de hora puede afectar a tu estado de ánimo:
– Luz solar, melatonina y ritmo circadiano
Las horas de luz y de oscuridad intervienen en la regulación de nuestro ritmo circadiano, el cual determina los ciclos de sueño-vigilia y otros procesos fisiológicos.
¿Cómo funciona?
En respuesta a la luz, como la luz solar, se reduce la producción de melatonina, una hormona que provoca la sensación de somnolencia. Los niveles de melatonina en el cuerpo suelen aumentar después de que oscurece, lo cual hace que aumente la sensación de somnolencia.
Esto quiere decir que este ritmo biológico puede alterarse con el cambio de hora, haciendo que puedas sentirte menos activa a horas a las que acostumbrabas sentirte activa como, por ejemplo, a las seis de la tarde cuando ahora ya será de noche y, probablemente, se comienza a generar melatonina más tempranamente.
– Somnolencia y cambio en el patrón de sueño
Por lo mencionado anteriormente, existe el riesgo de que, al sentir un mayor nivel de somnolencia a horas más tempranas, decidas realizar actividades de reposo en lugar de actividad física o modificar tu horario de sueño acostándote antes.
Esto puede alterar tu patrón habitual de sueño. En caso de que este se desajuste y no puedas estar realizando un descanso nocturno adecuado, esto afectará a tu nivel de cansancio durante el día, a tus funciones cognitivas, a tu nivel de actividad y a tu estado de ánimo en consecuencia.
– Condicionamiento y luz solar
En caso de que hayas estado realizando en horario de verano la misma actividad satisfactoria, p.ej. salir a correr, bajo condiciones de luz ,puede haber hecho que ésta condición funcione como estímulo discriminativo para realizar o no una conducta, ya que, simplificando, se ha generado el siguiente aprendizaje:
Luz diurna –> Salir a correr –> Energía, satisfacción
Por el contrario, seguramente tengas asociadas otras actividades a las condiciones de nocturnidad.
Esto quiere decir que, probablemente, cuando a las seis de la tarde llegues a casa y pienses en decidir qué hacer, el estimulo de luz diurna ya no está disponible y esto reduce la probabilidad de que tu respuesta sea salir a correr. Lo mismo con las asociadas a nocturnidad.
En caso de que carezcas de un amplio repertorio de posibles conductas con consecuencias satisfactorias para ti, esto puede generar a corto, medio y largo plazo una disminución de tu estado de ánimo y proactividad.
Lo bueno es que siempre puedes generar nuevas mediante el mismo sistema.
– Factores socioeconómicos
Como apunte importante, cabe destacar que, para muchas personas, el final del verano supone retomar una jornada de trabajo partida o un horario de trabajo por el que llegan más tarde a casa.
Esto, por lo tanto, no solo puede afectar a nuestros niveles de cansancio físico, sino que puede ser un estimulo aversivo que por sí mismo genere pensamientos asociados a estados emocionales desagradables. Además, contribuye a que necesitemos adaptarnos a realizar actividades en horarios distintos a los que estábamos acostumbradas, que haya actividades satisfactorias a las que ya no tengamos acceso o que las tengamos que realizar bajo condiciones de nocturnidad.
El mito de la serotonina y tu estado de ánimo
No estás más decaída porque tu cerebro produce menos serotonina
La serotonina es un neurotransmisor, una sustancia, para la que hay numerosos tipos de receptores en el cerebro. Históricamente se ha divulgado su relación con el estado de ánimo, llegando a afirmar que una falta de serotonina es la causa de un estado de ánimo bajo. Ahora sabemos que no es así.
Parece haber indicios de que la falta de luz solar altera la producción de serotonina, pero no existen evidencias científicas de que la serotonina tenga una consecuencia directa sobre nuestro estado de ánimo. Así lo demuestran recientes revisiones sistemáticas de estudios científicos como la de Moncrieff et al., “The serotonin theory of depression: a systematic umbrella review of the evidence”.
En caso de sentir que te está costando adaptarte o de que tu estado de ánimo sea muy bajo de forma persistente, no dudes en consultar.