Estrés, más allá de ti
No te voy a hablar de cortisol
Seguramente estés saturadx ya de artículos y podcasts hablando de cortisol y de «recomendaciones para reducir los efectos negativos del estrés». Puede que ya ninguno te esté aportando información novedosa y todas esas recomendaciones tú ya te las sabes (relájate, medita, haz ejercicio físico a diario, sonríele a la vida!,…). Te cuesta ponerlas en práctica y, de hecho, casi nunca llegas a convertir ninguna de ellas en un hábito. Quizá has conseguido salir a andar, pero tu jornada laboral sigue siendo un p*** infierno. Aún así, te vuelves a poner otro de esos podcast y al escucharlo vuelves a conectar con la ilusión de volver a intentarlo, de cuidar tu salud, y el círculo vicioso vuelve a comenzar.
En esta entrada de blog pretendo acercarte un poco hacia el conocimiento de tu propio estrés y hacia el conocimiento de lo que realmente debería ser el abordaje de la psicología en el estrés.
¿Qué es el estrés?
Si realizas una búsqueda rápida en Google, estas son las definiciones que se te ofrecen:
«El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional»
«El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda»
«El estrés es un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil»
Entonces, el estrés… ¿es mental?, ¿es físico?, ¿es algo únicamente mío?, ¿siempre que hay una situación difícil hay estrés?, ¿esa tensión es mala?, ¿depende de mí o de lo que me rodea?
Lo que no es «psicología del estrés»
Definir el estrés como una reacción meramente neuroquímica u hormonal.
Definir el estrés como algo que está en el entorno y te comes con patatas.
Definir el estrés únicamente como algo dañino.
Desde estas perspectivas, lo más común es que las claves que te ofrezcan para afrontar el estrés dependerán casi exclusivamente de ti.
Estas definiciones reflejan un enfoque individualista, que anima a depositar la responsabilidad de la mejoría de las condiciones de vida únicamente en el individuo, alejándolo de una visión de contexto y colectiva.
Tú, entonces, procederás a un intento forzoso de encajar en un proceso de «solución de tu estrés» seguramente inabarcable teniendo en cuenta la situación socioeconómica de un país, en este caso España, donde, entre otros factores, continúa aumentando el nivel de desigualdad económica según el último informe Renta personal de los municipios españoles y su distribución (Fedea), y donde la gentrificación y centralización aumentan las medias de tiempo invertido en desplazamiento por habitante.
Lo que sí es «psicología del estrés»
Como ciencia que es, la Psicología se encuentra en constante estado de revisión y evolución. Esto implica un continuo intento de acercarse a definir conceptos de forma cada vez más precisa y adaptada al objeto de estudio. Así es con respecto al concepto de «estrés».
Entender EL estrés
Vamos a hablar del estrés que te jode, del problemático, que no es el puntual, sino el continuado y sostenido en el tiempo.
En este caso, utilizaré como base el modelo transaccional propuesto por Lazarus y Folkman en 1984 que, aunque lejos de ser perfecto, nos servirá para entender aquello a lo que sí debería parecerse la «psicología del estrés», y para entender ese estrés del que sí eres consciente, porque te persigue.
Según este modelo, el estrés no se considera como un estímulo ni como una respuesta, sino más bien como el resultado de una transacción, un intercambio, influido tanto por el individuo como por el entorno. En este intercambio, aparece el papel de «nuestros pensamientos», y el estrés aparecería cuando evaluamos que nuestros recursos son insuficientes ante una demanda.
En psicología, se estudia desde una perspectiva biopsicosocial, por lo que sí, atendemos la variable individuo, qué y quién es, su conducta, pero también el entorno, el contexto, sus circunstancias.
Entender TU estrés
Así que, individualmente, puede que no tengas los recursos personales más adaptativos para atender una demanda (por ejemplo, de solución de problemas, de identificación y comprensión de emociones,…), pero es que quizá tu contexto tampoco te está ofreciendo ni las condiciones ni los recursos necesarios para no provocar o revertir una situación de estrés sostenido (por ejemplo, incumplimiento por parte de la empresa de los derechos de los trabajadores, una falta de regulación de la ley de derecho a la vivienda, que el país esté atravesando una crisis económica,…)
“Lo contrario del estrés no es relajación, sino no sufrir”
Jordi Fernández-Castro
Profesor Psicología UAB
Por eso no basta simplemente con aprender una técnica de relajación, ni con producir cierta cantidad diaria de endorfinas mediante la actividad física. Que sí, que por supuesto que son hábitos saludables y «tota pedra fa paret», pero esas estrategias no serán alcanzables para todas aquellas personas que, efectivamente, sufren las condiciones de un sistema que las constriñe en cuestiones de tiempo, derechos, economía,…
Es por ello que toda «explicación psicológica» que nos aleje de una visión colectiva y de contexto no será la psicología que necesitamos.
Es por ello que en consulta no tenemos la varita mágica que lo soluciona todo, pero sí tenemos las herramientas necesarias para modificar lo modificable y dar los pasos deseados y posibles.